Hoy os traigo una receta… ¡de helado! con taller incluido, como últimamente viene siendo tradición. Es que estoy muy contenta de poder anunciar la segunda parte del taller de alimentación sana (y rica) para niños.
Después del primer encuentro, las mamis me pidieron ampliar la información, enfocándola sobretodo a niños más pequeños, niños que están en plena transición hacia una alimentación sólida, que empiezan a descubrir sabores, texturas… Que, en definitiva, están formando su personalidad a nivel de gustos alimenticios. Así que este es un momento crucial, en el que el niño puede desarrollar hábitos saludables para toda la vida o en el que se pasa “al lado oscuro” y desarrolla el gusto por alimentos procesados, excesivamente dulces o salados, refrescos, etc. Como algunos padres ya sabréis, una vez el niño está ahí, es muy muy difícil traerlo de vuelta. ¿Cómo va a apreciar el sabor dulce de la fruta cuando ya ha probado dulces extremos como los yogures azucarados y artificialmente saborizados? El paladar se “atrofia” y es incapaz de percibir los sabores naturales para los que realmente está preparado. Quizás algunos sabéis de lo que hablo, si has pasado de una alimentación industrializada a una natural, seguramente te has sorprendido redescubriendo sabores o habrás sentido que algunos “alimentos” que antes tenían el punto justo de dulzor ahora son excesivamente empalagosos…
Así que en nuestras manos está que esos niños tengan más consciencia sobre lo que es una alimentación adecuada, a favor de la salud. Es nuestra responsabilidad como adultos (fijaos que no hablo sólo de los padres) que enseñemos a los niños a comer adecuadamente, que entiendan todo lo que implica la consciencia sobre la alimentación: desde estar saludables, hasta no contribuir a un modelo económico del derroche, desigualdad, dependencia… Porque aunque este no es el momento ni el lugar para abrir debate sobre esto, cada vez que decidimos comprar ecológico o a un pequeño comerciante, estamos contribuyendo a debilitar un poquito más a esos gigantes que lo controlan todo, desde lo que cae en tu plato, hasta las leyes que deciden los gobiernos. Si os interesa este tema, os recomiendo muchísimo esta lectura: Una dulce revolución de Josep Pàmies . No es una lectura densa, es muy amena y apasionante.
Volviendo al taller… Os dejo la info a continuación. Os recuerdo que las plazas son limitadas y que ya tenemos a las mamis del curso anterior apuntadas, así que quedan poquitas plazas libres.
Más detalles:
¿Cuándo?
Sábado 2 de Julio
de 11 a 12:30h
¿Dónde?
En la tienda ecológica Planeta Terra de Castelldefels.
Avd. de la Pineda 100
(Castelldefels)
¿Cómo me inscribo?
Llamando al 936 65 63 31
Escribiendo a planetaterraecobotiga@hotmail.com
Aportación 5€.
Y ahora, te presento el helado más fácil y sano que puedas preparar. Los “nicecreams” campan a sus anchas por internet, así que no te voy a presentar nada nuevo. Aunque sí que he intentado reducir la receta a su esencia más mínima, utilizando sólo 1 ingrediente. 😉
Las bolitas que lo acompañan son otra cosa… No me malinterpretes, no es nada complicado de preparar, sólo tienes que meter todos los ingredientes en la procesadora de alimentos y ya. Pero sí que son algo que quizás no hayas probado nunca, por su textura, su dulzor natural… Son totalmente kids friendly, es decir, ¡que a los niños les van a gustar mucho! Te recomiendo que se la des a niños que ya estén masticando los alimentos y controlen un poquito el tragar, porque contiene pequeños trocitos de frutos secos, que también empiezan a incorporarse a partir del año de edad.
Antes de pasar al método, quiero hablarte un poco de la lúcuma, un superfood delicioso que también puedes darle a tu hijo. A veces los padres me preguntan si no es peligroso darle a los niños superfoods, la respuesta siempre es “depende”. Depende del niño, del tipo de superfood, de la cantidad que le das… Hay que recordar que los superfoods son alimentos, no medicamentos. Y a veces me sorprendo de que nos preocupemos tanto por los efectos de un alimento que suele ser natural, ecológico… y no nos horroricemos cuando le damos a un niño un helado procesado o un bollo industrial o un bocadillo de mortadela y pan “bimbo”… Sí es cierto que no es para nada necesario darles superfoods a los niños, la comida natural en proporciones correctas es totalemente suficiente para que el niños esté perfectamente sano y con las necesidades nutricionales cubiertas, hablo de verduras y frutas, legumbres, cereales integrales, semillas y frutos secos, algún lácteo de buena calidad si se desea, (aunque no es imprescindible) y también proteína animal esporádicamente de buena calidad. Es verdad que si queremos hacer un dulce especial, podemos tirar de superfoods para darles ese toque festivo. Por ejemplo, la lúcuma tiene un sabor naturalmente dulce que puede sustitutir el azúcar o ayudar a que useos menos endulzantes, aunque sean naturales. Lo mismo ocurre con otros superalimentos como el cacao, la algarroba, el azúcar de coco…
Pero ¿qué me aporta la lúcuma? (y qué le aporta a mi hijo)
La lúcuma es un fruto típico de la zona andina. Se usa para preparar dulces y helados, aunque en otras zonas del mundo como Europa, no se conoce demasiado.
Entre sus beneficios destacamos el aporte de fibra, de batacarotenos, pero también el ser muy rica en hierro y en vitamina B3. Esta vitamina es imprescindible para muchas funciones del organismo, como la correcta metabolización de la proteína o de la glucosa, ya que la B3 regula la glucemia en sangre. Otro beneficio es su efecto energizante, como podría ser también la maca. Es cardiocirculatoria y vasodilatadora periférica, es decir que mejora la circulación, además de reducir el contenido de grasa en sangre. Como el resto de vitaminas del grupo B, la niacina o vitamina B3 contribuye al correcto funcionamiento del sistema nervioso. Como ves, la B3 es muy importante para el desarrollo del niño en crecimiento, pero no te engañaré, puedes encontrarla en muchos otros alimentos como los cereales integrales (si no lo son no hay prácticamente vitaminas) Entonces, ¿por qué insisto en usar la lúcuma en esta receta? Pues porque otra de sus virtudes… ¡Es que está muy rica! Pero podrías usar otros ingredientes para rebozar las bolitas (tienes ideas en la explicación de la receta).
Ahora sí, ¡vamos a cocinar!
Helado de plátano con delicias de lúcuma
Ingredientes
PARA EL HELADO
- 2 tazas de plátano congelado, cortado a rodajas.
- Cacao nibs para decorar
PARA LAS BOLITAS DE LÚCUMA
- 1 taza de dátiles (Medjool o de los que quieras, ¡pero sin azúcar añadida!)
- 1/4 de taza de anacardos sin tostar
- 2 cucharadas de nueces
- 1/4 de taza de coco rallado
- 1/2 taza de copos de avena integrales finos
- 1 pizca de sal
- agua (si necesario)
- Lúcuma para decorar
Preparación
Antes de nada, deshuesa los dátiles y ponlos en remojo en agua caliente. Si vas a usar dátiles de la variedad Medjool sáltate este paso. Remoja también los anacardos.
Ahora vamos a preparar el helado.Te recomiendo que hayas cortado el plátano a rodajas antes de congelarlo, así es más fácil de usar. También te recomiendo que uses plátanos ecológicos, aunque los pelemos, el plátano no ecológico está sometido a muchos productos químicos, de hecho, crecen dentro de una especie de bolsas que son rociadas con químicos para evitar que algunas plagas acaben con ellos. Qué feo suena esto, ¿verdad? Bueno, continuemos con nuestra receta… Si no tienes una procesadora de alimentos muy potente o una batidora tipo Vitamix, saca el plátano unos 10 -15 minutos antes para que la máquina pueda triturar. Separa los trocitos de plátano tanto como puedas, colócalos en la procesadora y tritura con paciencia. Seguramente tendrás que ir llevando el helado hacia las cuchillas con ayuda de una cuchara, porque suele pegarse a las paredes de la procesadora. Si necesitas, puedes incorporar un poquito de agua, hazlo a cucharadas, ya que como te pases, ¡nos quedamos sin helado! Pero si tienes paciencia, seguramente no necesites agua.
Cuando lo tengas, ponlo en los recipientes donde los quieres servir y mételos en el congelador mientras preparas las bolitas.
Limpia el procesador y añade los dátiles y los anacardos (escurre el agua). De nuevo, ten paciencia porque la pasta se acumulará en las pareces de la procesadora y tendrás que ayudarla. Deja que se forme una pasta más o menos homogénea, no pasa nada si no se tritura perfectamente, está bien que la bolita quede con un poquito de textura. Añade las nueces, el coco, la avena y la sal y tritura un poquito más, tú eliges la textura. Si ves que necesitas un poco de agua, añade, de nuevo, agua a cucharadas, ¡no te pases! Ha de quedar una masa manipulable, con la que puedas formar bolas. Para formarlas, mójate un poquito las manos para que no se pegue demasiado la pasta, haz bolitas y rebózalas en lúcuma (prepara un bol con un poquito de lúcuma y pásalas por él) Siempre puedes usar cacao, algarroba, coco… o incluso té verde matcha… Pero con lúcuma quedan riquísimas y son muy nutritivas.
Puedes guardar las bolitas en un recipiente hermético en la nevera, comerlas como snack saludable o llevarlas a un picnic, ahora que hacer buen tiempo. Son geniales como merienda especial a la salida del cole, aunque ya sabes que siempre te recomiendo fruta fresca en esas ocasiones…
Otra opción es comerlas acompañadas del helado de plátano que tenías esperando en el congelador, de esto iba la receta, no? 😀 Puedes combinarlas como te presento yo en la foto, está absolutamente rico y ¡gusta a todos los públicos!
Si quieres más ideas, nos vemos el sábado 2 de Julio en la Ecobotiga Planeta Terra de Castelldefels.