¿Remojar es lo mismo que activar? ¿Por qué remojar? ¿Qué se debe remojar? ¿Cuánto tiempo necesito? ¿Y qué es eso de la germinación? Qué lío, ¿verdad? Yo también me hice estas preguntas y seguramente, muchas otras… Pero con un poquito de entrenamiento es fácil tenerlo todo claro.
Vamos pregunta a pregunta:
¿Remojar es lo mismo que activar?
Básicamente sí, pero, a veces, si no estás muy metido en el raw food o empiezas justo ahora, te puede sonar a chino eso de activar. En realidad, si remojas estás activando, estás haciendo que la vida que hay dentro de los granos, frutos secos y semillas despierte.
¿Por qué remojar?
La naturaleza es sabia. ¿Te has parado a pensar por qué algunas semillas, legumbres, etc. no empiezan a mutar para convertirse en plantas en tu despensa? Pues porque esos granos están dotados de una enzima que inhibe su crecimiento hasta que haya un medio adecuado (agua, tierra, luz del sol…) para convertirse en un brote. Si comemos estos granos sin activarlos, esos inhibidores enzimáticos intervienen en la digestión, haciendo que nuestras propias enzimas digestivas se vean bloqueadas: no podremos digerir correctamente ni absorber nutrientes muy preciados para nuestra salud.
Además, el remojo le da más poder vital a la semilla/grano, piensa que es una planta en potencia, con toda la fuerza de la vida dentro de ella.
¿Qué se debe remojar?
Semillas: calabaza, girasol, sésamo, … También deben activarse las semillas de lino y de chía, pero es este caso, se usará sólo la cantidad que se vaya a necesitar en el momento, ya que a causa de los mucílagos, dejan el agua con una textura gelatinosa y no se pueden secar/deshidratar.
Legumbres: judías (rojas, blancas, azukis…), garbanzos, guisantes, soja, etc. Y todas las legumbres que se te ocurran.
Cerelaes: arroz, quinoa, trigo sarraceno, cebada, centeno, mijo, amaranto, canihua…
Frutos secos: almendras, nueces,…
Hay frutos secos que no tienen inhibidores enzimáticos, como las avellanas, los pistachos, las macadamias, los piñones o las nueces del brasil. Los anacardos que compramos no son crudos, ya que se someten a un proceso de calor para separar su cáscara, que es muy tóxica. En cualquiera de estos casos, podemos remojar para conseguir una textura más crujiente o más cremosidad si se van a triturar.
¿Cuánto tiempo necesito?
Depende de lo que tengas que activar. Te dejo una lista orientativa de lo que más vamos a usar en la Dieta que Cura:
Frutos secos: almendras 8-12 horas, nueces: 4-6 horas.
Semillas: de girasol 2 horas, de calabaza 8 horas, de sésamo 5 horas
Cereales: quinoa 2-4 horas, trigo sarraceno 6-8 horas, arroz integral 10-12 horas.
legumbres: son las que más tiempo necesitan, unas 8-12 horas. Aunque las lentejas, necesitarán menos, con unas 6-8 horas es suficiente.
¿Y qué es eso de la germinación?
Germinar es dar un paso más. Los germinados son pura vida, por un lado, son muy digestivos ya que nos hemos liberado de los inhibidores enzimáticos y hemos roto la cáscara (fibra) del grano, y por otro lado, son altamente nutritivos: nos aportan una gran cantidad de aminoácidos y vitaminas (A,C, E, K y del grupo B), calcio, potasio, hierro y clorofila, que es básica si tienes una enfermedad autoinmune. La clorofila activa el metabolismo celular, mejora el sistema inmune, participa en la capacidad regeneradora de las células, depura la sangre y equilibra la relación ácido-base en el organismo. Te recomiendo que consumas de forma habitual hierba de trigo, chlorella y espirulina, así como hojas bien verdes. En la receta que te voy a enseñar hoy, no hay mucha clorofila, ya que paramos el proceso de germinación nada más empezar, pero puedes germinar muchas otras cosas. Venden semillas para germinar en muchos sitios orgánicos, te enseño unas de daikon que germiné hace poco:
Volvamos a la receta. ¡Vamos a activar y germinar!
Te pongo el ejemplo del trigo sarraceno, pero siguiendo la tabla de tiempo de remojo, puedes activar lo que quieras. En este caso, voy a enseñarte todo el proceso: activación, germinación y deshidratación.
Ingredientes y utensilios
1/2 kilo de trigo sarraceno
Agua
Alga kombu (para romper las fibras del cereal y remineralizar)
1 bote grande de cristal
Germinador (si no tienes, lee este post para fabricarte uno)
Preparación
Lava muy bien el trigo sarraceno y ponlo en remojo con el alga kombu por 6-8 horas. Pasado ese tiempo, desecha el agua (será un poquito viscosa, es normal), lava de nuevo el trigo sarraceno. Ahora toca ponerlo a germinar. El trigo sarraceno brota muy pronto, y queremos parar el proceso justo cuando empieza, así que pasadas unas 24 horas verás que le sale un rabito muy pequeñito, de apenas un milímetro, como ves en la foto.
Ahora toca secar los granos germinados. Si tienes deshidratadora, pon el trigo sarraceno a sacarse durante unas 8-12 horas a unos 42º-47º. Si pasado ese tiempo no está completamente seco, muévelo un poquito y déjalo un tiempo más, tiene que estar bien seco para poder almacenarlo sin que se pudra.
Si no tienes deshidratadora, puedes secarlo con el horno, pero ten mucho cuidado de no pasarte con la temperatura, ya que toda la vida que hemos generado activando y germinando puede destruirse con el calor. Pon el horno al mínimo y, si tu horno lo tiene, activa el aire, si no, deja la puerta entre abierta. En este caso, necesitarás menos tiempo, pero depende mucho de tu horno, así que te recomiendo que estés atento.
Puedes guardar el trigo sarraceno en un bote hermético por bastante tiempo. Lo puedes consumir tal cual, usándolo en granolas y mueslis, ya que es bien crujiente. También puedes usarlo para cocinar, sólo tienes que hidratarlo previamente por una par de horas.