Artritis Reumatoide

En mi blog, presto especial atención a la AR por ser el reumatismo que yo padezco, pero respecto a la manera de tratarla con la alimentación, hay muchos puntos comunes con otras enfermedades autoinmunes de carácter hereditario. Eso quiere decir que la base de la dieta que cura es para todos, también los que no padecéis ninguna enfermedad y queréis sentiros rebosantes de salud.

Ahora sí, ¿Qué es la Artritis Reumatoide?

La Artritis Reumatoide (AR) es el reumatismo inflamatorio más extendido. Afecta a 3 mujeres por cada hombre y, aunque puede aparecer a cualquier edad, es más frecuente entre los 30 y los 50 años. Como ya he adelantado, es una enfermedad autoinmune: el sistema de defensa del cuerpo reacciona para protegerse de un ataque externo que, en realidad, no existe. Es lo que a mi me gusta llamar «la amenaza fantasma».  El cuerpo está confundido, no distingue entre los agentes intrusivos y los tejidos propios y acaba atacándose a sí mismo. En el caso concreto de la AR, el cuerpo se protege inflamando la membrana sinovial, que es la que alimenta, recubre y protege los cartílagos.

Como la AR no es un problema estructural sino químico, si quieres «curarte» o como algunos profesionales dicen «hacer que la enfermedad remita», has de tratar el problema de raíz a través de la dieta. El tomar analgésicos y antiinflamatorios enmascarará las manifestaciones de la enfermedad, pero no solucionará el problema.

Síntomas

– Rigidez de las articulaciones, sobretodo por la mañana al levantarse. La rigidez suele mejorar durante el día.

– Inflamación de la membrana sinovial y, en consecuencia dolor.

– Deterioro en las articulaciones y en los huesos, pequeñas erosiones y deformaciones.

– Las articulaciones que suelen verse más afectadas son:

Fuente: http://espanol.arthritis.org/espanol/disease-center/artritis-reumatoide/

¿Qué causa la AR?

No hay una teoría concreta, pero según J. Seignalet es una enfermedad que se desarrolla cuando se juntan varios factores.

Primero, existe un motivo hereditario que parece tener más peso, pero hay un factor de influencia externa que enciende la mecha de la AR: la alimentación moderna.

El consumo de leche animal, de cereales refinados, la cocción de la mayoría de productos que ingerimos, la contaminación de los alimentos y su desmineralización hacen que el cuerpo esté plagado de toxinas, que esté colapsado. Esto es consecuencia de una permeabilidad extrema del intestino delgado que «filtra» agentes nocivos que nos enferman.

Otro factor de peso es el estrés. Normalmente el primer brote se desencadena después de una situación de presión extrema, yo recuerdo perfectamente que mi caso fue justo así. A partir de ahí, las crisis o brotes están sujetos a nuestros nivele de estrés, ya sea por un motivo físico (un esfuerzo al que no estamos acostumbrados, no sólo a nivel de intensidad sino también de cansancio, desgaste…) o emocional (disgustos, miedos, presiones, tristeza…). Si sólo cuidas tu alimentación pero no tu salud emocional, no podrás curarte del todo.

Diagnósticos

Lo primero que vas a oír si vas al médico es que tienes una enfermedad incurable que vas a sufrir toda la vida. Es un diagnóstico devastador. La buena noticia es que esto no es verdad. La «mala» noticia es que has de tomártelo bien en serio y responsabilizarte de tu propia salud.

Cuando te dan un diagnóstico así, pasas por diversas fases, negación, rechazo, aceptación… En mi caso personal, al principio, seguí a rajatabla todo lo que me decía el reumatólogo, tomando todas las medicinas que me recetaba y creyéndome que no había nada «alternativo» para tratarme. Ahora veo que lo hice por miedo, en realidad me aterraba pensar que la enfermedad podía deformarme e inmovilizarme a su antojo. Agotada de los efectos secundarios de los medicamentos y de no mejorar, un día sentí que ya no iba a seguir más ese camino.

He visto a varios médicos y profesionales de la salud (reumatólogos, acupuntores, quiroprácticos, naturópatas…) y, aunque todos coinciden con que tengo AR, cada uno tiene un punto de vista distinto. En mi caso, esto hizo que me relajara y volviera a sentirme fuerte ante la situación, nada es permanente ni inamovible. Esa fue la clave para poder encontrar el mejor camino para curarme. Hay una parte que no puedes cambiar, pero sí puedes cambiar tu actitud respecto a lo que te ocurre, si no confías en el método que estás siguiendo, busca uno nuevo, no te conformes, aunque ten en cuenta que hay tratamientos que requieren paciencia y tiempo.

Si tienes alguna pregunta o quieres compartir tu caso de forma más personal, te invito a que me escribas: rawtxu_kitchen@gmail.com. Dentro de mis limitaciones =) intentaré ayudarte tanto como pueda.

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